Texto curatorial: 

Los recuerdos nos construyen. Hacen de nuestra existencia una historia repleta de emociones que dotan de sentido a cada momento vivido. Todos nosotros, con nuestra  particular mochila cargada de vivencias a la espalda, somos un pedacito de memoria viva hecho no sólo de recuerdos personales sino también de experiencias colectivas profundamente vinculadas al contexto que habitamos.

Series 07-18 es un conjunto de recuerdos sobre un lugar y un momento concretos que han sido congelados en una selección de instantáneas tomadas entre los años 2007 y 2018 por el fotógrafo madrileño Alberto De Pedro. En ellas conviven, al mismo tiempo, la memoria individual del autor, extraída de su propia experiencia, y la memoria colectiva del entorno donde ha crecido.

Estas imágenes, además, adquieren una tercera dimensión semántica gracias al modo de trabajar de Alberto De Pedro, quien ha elegido las calles de su Madrid natal para exhibir su obra. De este modo, al intervenir en el espacio urbano, el artista también está entablando una relación directa con el lugar para el que la fotografía fue pensada. Así, una misma imagen no sólo habla de la mirada subjetiva que acecha tras la cámara sino también del marco social que habita y del espacio geográfico que la alberga. 

Es por ello que las serigrafías que conforman la muestra presentan dos zonas claramente diferenciadas. La franja superior contiene un plano general de la pieza que el artista ha colocado en algún rincón de la capital madrileña, mientras que la inferior incluye la fotografía original que se usó como punto de partida para crearla. La característica común que esta serie de cuatro intervenciones comparte es la contraposición de una fotografía en blanco y negro con una enorme masa de color que, si uno se fija en la original, ésta se corresponde con la tonalidad predominante. 

Por lo tanto, esta pequeña retrospectiva, adaptada aquí al lenguaje de la serigrafía, da buena cuenta del proceder habitual del artista madrileño, quien, a través del emplazamiento de imágenes a gran formato en lugares inesperados para el viandante, propone un diálogo alternativo con la ciudad en el que la fotografía se convierte en lenguaje universal. Muchas de ellas recogen momentos cotidianos de su vida en Madrid, casi siempre vinculados a su entorno más cercano. Pero también objetos y elementos corrientes que podrían estar presentes en cualquier hogar español. Son, por tanto, fotografías con una enorme carga costumbrista que refieren vivencias personales en fuerte consonancia con el espacio que las contextualiza.

Y es que muchos de nuestros recuerdos permanecen íntimamente ligados al lugar donde suceden. Porque habitar un espacio no es, ni mucho menos, un hecho circunstancial sino que se trata de pisar el escenario principal del que todos esos recuerdos parten. Sin duda, los lugares hacen que la memoria emerja, y es a esos rincones a los que nuestra mente siempre viaja para no olvidar.