Este logo fue lo primero que salió de nuestro estudio cuando casi no era estudio ni era nada. Sólo una idea en la cabeza y unas ganas enormes de hacerla realidad. Todo empezó en una habitación de paredes moradas de un pequeño piso a las afueras de Oviedo donde vivíamos por aquel entonces. Fue en esa habitación donde lo diseñamos y donde, poco a poco, aquella idea del principio comenzó a tomar forma.
Son muchísimas las veces que nos preguntan por nuestro logotipo y su significado, de dónde surgió o quién lo hizo. Así que, aprovechando que acabamos de estampar unas cuantas camisetas con la imagen del logo de Ora Labora Studio, vamos a hacer un poco de historia y compartir con todos vosotros la biografía de este monje serígrafo –actualización 2022: consulta el artículo Porqué hay una monja en nuestro logo: brevísima historia de la mujer en las artes gráficas– que nos acompaña desde que empezamos esta aventura.
Hubo una vez que este monje no tuvo barba y que, en vez de una vela, se iluminaba con un candil. También hubo un momento en el que sólo era cuatro trazos abocetados a lápiz que, poco a poco, fueron cogiendo forma hasta convertirse en lo que hoy es. Se puede decir, incluso, que este monje una vez fue joven –cuando veáis el gif lo entenderéis–.
Además, aún tuvimos otro logo más simple en el que aparecía una racleta con una corona de rayos que todos los profanos en materia de serigrafía solían confundir con una radio. Pero éste que ahora veis es el resultado final: un monje que trabaja tranquilo en su taller iluminado por una vela colocada sobre una pila de libros. Ahí están el Ora y el Labora, traducidos para nosotros al lenguaje de la serigrafía.
Y desde el 8 de marzo de 2019, Día de la Mujer, en nuestro logo se cuela una mujer. Esta monja serígrafa quiere rendir homenaje a todas sus compañeras de oficio que, desde hace siglos, vivieron entre pergaminos, pigmentos y pinceles. Todas ellas, con su trabajo, dejaron huella en el arte de su tiempo; una huella anónima que la historia se ha olvidado de incluir entre sus páginas. Ende, Guda, Claricia o Hildegard von Bigen son algunos de los nombres que han conseguido llegar hasta nuestros días y destacarse como… [continúa leyendo aquí].