Historia de la risografía: del origen al presente de la impresión riso

A través del artículo Historia de la risografía: del origen al presente de la impresión riso, proponemos un recorrido histórico con el que analizar porqué y de dónde surge la actual escena de artistas y estudios dedicados a la impresión artística en risografía. Una escena que, a su vez, recopilamos —o, al menos, en parte— en el Directorio de artistas, estudios y recursos vinculados a la impresión en riso.

Este paseo histórico se inicia en el origen más directo de la risografía: el nacimiento de las duplicadoras. Para ello nos remontamos, tras un breve paso por el uso de la plantilla en el arte tradicional japonés, a la segunda mitad del siglo XIX. Es la gran época para los inventores, y personalidades como Thomas Alva Edison, Eugenio de Zuccato o David Gestetner compiten por patentar y comercializar ingenios como la pluma eléctrica, el papirógrafo, el tripógrafo, el mimeógrafo o el ciclostil, que permiten duplicar documentos de forma rápida, sencilla y barata.

Las nuevas necesidades creadas por la revolución industrial brindan una gran acogida a estos inventos, que se desarrollan y universalizan como medio de comunicación esencial hasta el punto de convertirse en actores principales de la subversión política y la contracultura del burbujeante siglo XX; es el momento de las vietnamitas.

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1/Introducción

Iniciamos esta historia de la risografía anunciando que la risografía es sólo el gancho inicial, el anzuelo. Una pequeña trampa con la que llevarte mucho más allá de la risografía; hablando con propiedad, no se trata de una historia de la risografía. Es una historia de la duplicación, de la copia. Copias que a veces han sido políticas, estéticas o aburridamente prácticas. Pero, antes de sumergirnos en una historia que enlaza a Thomas Edison con el tatuaje y al arte japonés con los panfletos revolucionarios de mayo del 68, detengámonos en qué es la risografía, riso o risograph.

La risografía es el término que designa el resurgimiento actual de una técnica de impresión, en parte, obsoleta, desde una perspectiva eminentemente artística, caracterizada por el uso de duplicadoras digitales Riso y, en menor medida, Ricoh u otras marcas. Sus orígenes se remontan a la duplicación basada en plantillas, que, como te contamos en nuestros artículos Historia de la serigrafía e Historia del grabado: orígenes y evolución de la obra gráfica, está estrechamente entrelazada con el grabado tradicional japonés. Para profundizar en las características de la actual impresión en risografía te recomendamos que acudas a la sección risografía.
Historia de la risografía, artículo en Ora Labora Studio: RISOGRAPH AP7200 y RISOGRAPH FX7200.
Risograph FX7200 y Risograph AP7200.
La compañía japonesa Riso Kagaku Corporation, —riso significa ideal; kagaku, ciencia — nació en Tokio un año después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Bajo el nombre inicial de Riso-Sha, fue fundada por Noboru Hayama el 2 de septiembre de 1946, día de su vigésimo segundo cumpleaños, e inicialmente se dedicaba a la reproducción mimeográfica de documentos. Hayama adquirió un local comercial en Tokio y la empresa fue creciendo durante los siguientes años. En 1954 patentó su propia tinta, Riso-Ink, y en 1958 comercializó su primer aparato mimeográfico propio, Riso-Graph, una máquina muy similar a los inventos que, como veremos más adelante, patentaron Thomas Alva Edison, David Gestetner o Eugenio de Zuccato a finales del siglo anterior.

En 1980 se lanzó al mercado el tándem Risograph FX7200, una creadora de plantillas, y Risograph AP7200, su respectiva impresora; y, por fin, en 1984 vio la luz la primera duplicadora automática, la Risograph 007, que integraba ambas funcionalidades en un único aparato. Habría que esperar hasta 1986 para conocer la primera duplicadora digital, el modelo Risograph 007 Digital. En 1994 se comercializó la serie de duplicadoras GR, en 1998 llegó la serie CR, en 1999 la FR, y así un sucesivo etcétera del que cabe destacar las populares series RZ y MZ, ambas desarrolladas en el año 2004, y en las se incluye la duplicadora que atesoramos en Ora Labora Studio.
Historia de la risografía: riso-graf, de RISO.
RISO-GRAPH, año 1958, primer modelo de RISO.

No obstante, antes de dar paso a los interesantes predecesores de la risografía, habría que mencionar a la responsable de su relativo declive actual: la xerografía, o, como se la conoce popularmente, las fotocopias. La empresa Xerox distribuyó en 1959 el modelo Xerox 914, con el que se implantaría la arrasadora sencillez y rapidez de una técnica basada en el polvo de tóner o tinta seca —xerox viene del griego, seco—. La también llamada electrofotografía, cuya tecnología reside en la fijación del pigmento por medio de calor y atracción electrostática, es el motivo por el cual hoy se habla de un resurgimiento artístico de la risografía; un resurgimiento venido, en parte, de su decadencia como técnica de reproducción comercial frente a las alternativas actuales.

Historia de la risografía: primera xerografía o fotocopia de la historia; Astoria, 1938
Primera xerografía de la historia. Chester Carlson, 1938.
Historia de la risografía: anuncio publicitario de la primera fotocopiadora de la historia, la Xerox 914.
Anuncio de la Xerox 914, año 1959. 

2/Origen de la risografía

Sitúate en las últimas décadas del siglo XIX. Aún no hay luz eléctrica y el mundo se mueve a vapor. Estados Unidos se encuentra en plena guerra civil, luchando por o contra la esclavitud; en Europa se publica El Manifiesto Comunista casi a la vez que El Origen de las Especies; y, en España, Los Caprichos de Goya van a cumplir su primer centenario mientras Pablo Iglesias funda el PSOE y la UGT.

Las humeantes chimeneas de las fábricas han cambiado el mundo por completo. La revolución industrial instaura nuevos hábitos a la vez que genera nuevas necesidades. Ahora existen uno seres llamados empresas, cuya alimentación se basa en inventos y patentes de cualquier cosa que mejore la productividad, facilite el trabajo o solucione un problema. Están deseosas de engullir aquello que las libere de un incipiente mal que crece a medida que su cuerpo se va desarrollando más y más: las toneladas de documentos que implica su mera existencia; libros de cuentas, solicitudes, comunicaciones, permisos, etc. Hasta el momento, un ejército de escribas copia a mano cualquier papel del que se requiera un duplicado. Y, copiar a mano un libro de cuentas, tal vez no sea la opción más rápida. Ni la más fiable.

Como te decíamos, todavía no existe la luz eléctrica. Tampoco el teléfono o la penicilina, mientras que la fotografía está dando sus primeros pasos. En este nuevo mundo, todo parece estar aún por hacer. Pero, por suerte, para eso nacieron personas como Thomas Alva Edison. A él le tienes que agradecer la bombilla bajo la que ahora lees este artículo del mismo modo que las risografías que tanto te gustan o los tatuajes que tal vez tengas en tu piel. Edison es el inventor de la pluma eléctrica, un ancestro común entre las máquinas de tatuar y la risografía.
Historia de la risografía: duplicadora automática Gestetner Cyclostyle.
Duplicadora automática Gestetner Cyclostyle, 1893.

2.1/Thomas Alva Edison: la pluma eléctrica

Un invento, como diría Ortega y Gasset, es el objeto y sus circunstancias. A finales del siglo XIX, por supuesto, ya se podían duplicar imágenes y documentos. Los Caprichos de Goya, anteriormente mencionados, son una extraordinaria prueba de ello. O infinidad de litografías que ya circulaban por las calles, como los preciosos carteles estilo Art Nouveau, obra del talentoso Alfons Mucha, anunciando Gismonda y otras obras teatrales. Pero las planchas de cobre son caras y difíciles de trabajar, mientras que no todo el mundo tiene acceso a un taller litográfico y sus enormes prensas. Además, cuesta imaginarse a cualquier contable, abogado u oficinista que, ante la necesidad de duplicar un documento cotidiano, recurra a las técnicas de grabado que, como el aguafuerte o el aguatinta, empleó Goya en la elaboración de sus estampas: barnices, ácidos, tiempos de mordida exactos, entintado… Resultaría demasiado complicado.

Ante la creciente necesidad de duplicar cualquier documento de forma fácil, rápida y barata en un contexto de oficina, surge la oportunidad de adecuar la tecnología y el saber existentes a esa nueva realidad imperante. Las circunstancias de las últimas décadas de siglo XIX fueron las responsables de que Thomas Alva Edison desarrollase uno de sus múltiples ingenios: la pluma eléctrica.
Historia de la risografía: lápiz eléctrico de Thomas Alva Edison.
Pluma eléctrica y prensa duplicadora de Thomas Alva Edison, 1876.
El también conocido como lápiz eléctrico era un dispositivo de apariencia similar a una pluma o bolígrafo, en cuya punta había una aguja metálica que, por la acción de un motor eléctrico, se movía hacia delante y hacia atrás a 50 pinchazos por segundo para perforar la superficie del papel del mismo modo que una máquina de tatuar perfora la piel. Este invento, patentado por Edison en 1876, servía para horadar un papel especial e impermeable que, a modo de plantilla, bloqueaba el paso de tinta excepto por las zonas diminutamente agujereadas. El papel se ponía bajo la plantilla perforada y esta era entintada manualmente con la ayuda de un rodillo para así crear, una a una, cada copia.

Esta pequeña prensa permitía reproducir, según la publicidad de la época, miles de copias con una facilidad nunca vista hasta el momento: “con la Pluma Eléctrica de Edison las plantillas se hacen tan rápido como se escribe con un lápiz normal. Mediante la Prensa Duplicadora, de cada plantilla se pueden obtener de 1000 a 15000 impresiones a una velocidad de 5 a 15 por minuto”. No obstante, tras un rotundo éxito comercial inicial, la pluma eléctrica pronto quedó obsoleta frente a las nuevas versiones que la competencia lanzó al mercado. Estos modelos prescindieron de las problemáticas baterías eléctricas, sustituyéndolas por pedales mecánicos similares a los de las máquinas de coser. Aunque ese no fue el fin del lápiz eléctrico. Unos años más tarde, en 1981, el neoyorkino Samuel O’Reilly patentó la primera máquina de tatuar basándose en el diseño de Edison.
Historia de la risografía: lápiz eléctrico de Thomas Alva Edison.
Detalle de la pluma eléctrica Edison.
Historia de la risografía: lápiz eléctrico de Thomas Alva Edison.
Anuncio publicitario de la pluma eléctrica y prensa Edison. 

2.2/Eugenio de Zuccato

Mientras Edison desarrollaba su lápiz, en otras partes del mundo también se avanzaba en la misma dirección. Del mismo modo que la Unión Soviética y los Estados Unidos compitieron en la carrera espacial por enviar un ser humano a la Luna, inventores de diversos países luchaban por obtener la patente con la que conquistar el nuevo mercado de la duplicación fácil, rápida y barata.

Uno de los personajes involucrados en esta pugna fue el italiano Eugenio de Zuccato, creador del papirógrafo. Este ingenio, patentado dos años antes que el lápiz eléctrico de Edison, se basaba igualmente en la perforación de un papel impermeable. Aunque, en este caso, el horadado se realizaba mediante la acción controlada de un ácido. El mismo Zuccato creó, también, el tripógrafo, cuya principal diferencia residía en que la plantilla se disponía sobre una plancha de metal de superficie ligeramente dentada, para, con la ayuda de un estilete metálico, rasgarla por la acción del roce contra las minúsculas puntas cortantes; el prefijo griego tripo significa agujerear, taladrar o perforar.

Las propuestas de Zuccato son sólo dos más de un largo listado de inventos coetáneos que hoy conocemos, en parte, gracias a valiosos testimonios del momento como la Spons’ Encyclopedia of the Industrial Arts, Manufactures, and Commercial Products, publicada en 1880. Una de estas otras tantas invenciones que figuran en la enciclopedia de Spon fue, por ejemplo, el hectógrafo: un proceso similar a lo que actualmente llamaríamos transfer y con el que se podían obtener hasta cien copias de un único original. Pero lo que decidió el resultado final de esta pugna por la duplicación fue un invento acuñado, otra vez, con el sello de Edison: el mimeógrafo.
Historia de la risografía: el papirógrafo de Zuccato
Papirógrafo de Zuccato.
Historia de la risografía: hectógrafo, hectograph o jellygraph.
Hectógrafo o copiador de gelatina.

2.3/Albert Blake Dick: el mimeógrafo

“Tras una larga experiencia en empresas manufactureras y en el comercio de la madera, el Sr. Dick, como presidente de la compañía que representa, ha dedicado toda su atención a la fabricación del mimeógrafo Edison y a los suministros Edison (…).” Así definía la reseña biográfica del Men of Affairs. A Gallery of Cartoon Portraits, una pseudolista de Forbes publicada en 1906 por The Chicago Evening Post donde figuraban los hombres de negocios del momento, al empresario estadounidense Albert Blake Dick.

Historia de la risografía: mimeógrafo Edison Dick
Anuncio del mimeógrafo Edison.
Dick funda la A. B. Dick Company en el año 1883 para dedicarse al comercio de madera. No obstante, su especial interés por los ingenios del momento en el campo de la duplicación le lleva a redirigir la compañía hacia ese sector para, finalmente, convertirse en una empresa puntera de escala internacional. Da el primer paso poniéndose en contacto con Thomas Alva Edison, tras descubrir que este posee la patente de un invento demasiado similar al aparato que pretendía producir. Después de comprarle los derechos de la pluma eléctrica, Dick publica en 1887 el primer modelo de mimeógrafo con el inteligente nombre comercial de mimeógrafo Edison:

“Más potente que el bolígrafo o la máquina de escribir cuando se necesita una copia rápida y precisa; 100 veces más rápido. Cualquiera puede manejarlo; no se estropea. Estas son algunas de las ventajas del Mimeógrafo Edison, inventado por Thomas A. Edison. Hace cualquier número de copias facsímiles de cualquier cosa que usted pueda escribir con un bolígrafo o una máquina de escribir. Barato, compacto y limpio”.
Historia de la risografía: mimeógrafo rotativo Edison Dick
Mimeógrafo rotativo de A. B. Dick Company.
Ese primer mimeógrafo —del griego mimo, imitación— fue el Model “0” Flatbed Duplicator, y, como su propio nombre indica, era plano —flat significa plano—. Habría que esperar a 1900 para conocer el primer mimeógrafo rotativo, una novedosa versión que agilizaba y facilitaba el proceso de copiado alcanzando las 50 impresiones por minuto. El funcionamiento del mimeógrafo rotativo se basa en un cilindro con tinta en su interior que, al ser accionado por una manivela para que gire sobre sí mismo, expulsa la tinta gracias a la fuerza centrífuga generada. Esta sale al exterior a través de unas pequeñas perforaciones en la superficie del cilindro, donde se encuentra adosada la plantilla. El papel en blanco pasa bajo el cilindro y sale impreso de la misma forma que sucede, más de un siglo después, en las actuales duplicadoras Riso. Salvando las distancias y obviando cualquier componente digital, el Manual de Instrucciones para el Mimeógrafo Edison-Dick es sorprendentemente parecido al que cualquier estudio de risografía consulta hoy día.

El éxito del mimeógrafo rotativo fue tal que se convirtió en un elemento imprescindible para oficinas, escuelas e instituciones de todo tipo que no decayó hasta la aparición en los años sesenta de la empresa Xerox y su tecnología de tinta seca o tóner. Incluso se llegó a decir, quizá con más interés publicitario que veracidad, que “el mimeógrafo de A.B. Dick produjo todas y cada una de las copias de cada orden emitida por el personal militar de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial”. El omnipresente mimeógrafo rotativo llegó a impregnarse en la memoria de varias generaciones tanto como el característico olor de su densa tinta oleosa; para muchos acabó siendo el mejor sinónimo de un aula o de una oficina.
Historia de la risografía: anuncio mimeógrafo Edison Dick
Anuncio del mimeógrafo A. B. Dick.
Historia de la risografía: anuncio mimeógrafo Edison Dick
Anuncio del mimeógrafo A. B. Dick.

2.4/David Gestetner: la duplicadora cyclostyle

Tras el profundo arraigo del mimeógrafo de A. B. Dick durante las primeras décadas del siglo XX, se implantó la lógica de que, si necesitabas unas pocas copias de un documento, recurrías a una máquina de escribir y papel carbón. Pero, si querías decenas, cientos o miles de copias, acudías a las artes mimeográficas. Podría parecer que la carrera de la duplicación había concluido y que Estados Unidos había logrado, indiscutiblemente, la primera posición.

De ser así estaríamos obviando a un personaje esencial en esta historia: el europeo David Gestetner. Este inventor húngaro establecido en Londres registró en 1881, dos años antes de que A. B. Dick fundase su compañía y seis de la patente del mimeógrafo, la tecnología cyclostyle. Se basaba en la perforación de plantillas mediante una herramienta similar a una pluma estilográfica del latín stilus con una rueda dentada en su punta—cyclo alude a cyclus; ciclo, círculo o rueda que al escribir agujereaba la superficie del papel encerado. Era, por tanto, la combinación del lápiz eléctrico de Thomas Edison con el tripógrafo de Zuccato.

Esta primera versión del cyclostyle gozó de buena acogida comercial. No obstante, su uso resultaba algo incómodo, por lo que Gestetner publicó en 1888 una versión más ergonómica bajo el nombre neo-cyclostyle. Ambas variantes iban acompañadas de una pequeña prensa plana muy similar a la que empleaban los mimeógrafos previos al sistema rotativo, donde el papel se entintaba a mano con la ayuda de un rodillo. La lentitud de este proceso empujó al inventor europeo a automatizarlo por completo en el año 1893, cuando lanzó el innovador automatic cyclostyle: “imprima usted mismo con el ciclostil automático hasta 1200 copias a la hora, sin preparación”
Historia de la risografía: Gestetner Neocyclostyle
Neo-cylostyle de David Gestetner.
Historia de la risografía: Gestetner Neocyclostyle, detalle punta
Pluma neo-cylostyle.
La revolución que supuso el uso de cilindros rotatorios, introducida por el mimeógrafo de Dick en 1900, se aplicó en 1901 al modelo Rotary Cyclostyle Nº6. Pero este no sólo replicó el sistema rotatorio, sino que lo mejoró notablemente. Introdujo novedades como, por ejemplo, un sistema de registro que permitía ajustar la posición final de la impresión sobre el papel ya no sólo respecto a su eje horizontal, como era habitual, sino también en el eje vertical. Este nuevo sistema resultaba especialmente útil a la hora de casar varios colores entre sí y ha pervivido sin apenas modificaciones hasta las actuales duplicadoras digitales de risografía.

La forma más sencilla de diferenciar un mimeógrafo Dick de la cyclostyle Gestetner es fijándose en el número de rodillos que tiene cada uno: el mimeógrafo cuenta con un único cilindro desde el que expulsa la tinta, mientras que su hermana europea dispone de dos grandes cilindros con los que repartirla a modo de minúscula imprenta offset. Este detalle, además, confiere a los modelos más antiguos una particular belleza clásica. O, al menos, según nuestra subjetiva opinión, basada en la preciosa Gestetner Rotary Cyclostyle Nº6 que hemos restaurado y a la que damos uso en los cursos de risografía que periódicamente impartimos en Ora Labora Studio.
Historia de la risografía: Gestetner Rotary Cyclostyle Nº6
Gestetner Rotary Cyclostyle Nº6.

2.5/Vietnamitas, octavillas y panfletos: usos políticos

“(…) cuando estaba prohibido leer y escribir muchas cosas y la palabra vietnamita no se refería a una mujer natural de Vietnam, sino a un artefacto para imprimir panfletos sin que las autoridades de la dictadura se enteraran (…)”.

 

‘Vietnamitas’ contra Franco, artículo de Sergio C. Fanjul en El País.

Las multicopistas tuvieron una prolífica vida más allá de la oficina y la escuela. En España, al igual que en cualquier otro país, fueron las aliadas indispensables para toda actividad subversiva durante la Guerra Civil y posterior dictadura. Multitud de panfletos, pasquines y octavillas volaron anónimamente por las calles tras ser impresos de forma tan secreta como clandestina en pisos y locales afines, donde resulta fácil imaginar a un reducido grupo de personas agobiado por la combinación de los inevitables ruidos de las multicopistas y, quizá, unos vecinos delatores. Era, en muchas ocasiones, el único hilo de comunicación con otra realidad posible.

El término vietnamita se instaló en la memoria colectiva para designar a multicopistas de cualquier tipo, marca y modelo, porque, según la sabiduría popular, fueron las que empleó el Vietcong para comunicarse durante la Guerra de Vietnam; una definición tan peliculera como probablemente cierta que añadía aún más atracción al mito de un objeto crucial, pero de difícil acceso. En un capítulo de la serie Cuéntame cómo pasó, Marta queda de madrugada con el ingenuo Toni para robar una multicopista en una imprenta: “Un momento, ¿me quieres explicar esto bien?; Ya te lo he dicho, vamos a coger una multicopista; Pero, ¿por qué no la compráis?; Pues porque no se puede, sólo pueden comprarla las empresas”.
Historia de la risografía: mimeógrafo Edison Dick utilizado por soldados
Soldados británicos con una Gestetner Rotary Cyclostyle Nº6.
Una parte del basto legado salido de estas vietnamitas se pudo ver en Letras Clandestinas (1939-1976), la exposición que tuvo lugar el año 2016 en la Imprenta Municipal de Madrid. Comisariada por Jesús Antonio Martínez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, la muestra se estructuró en cinco interesantes secciones entre las que figuraba una dedicada a Máquinas clandestinas y espacios ocultos. Ciclostiles y “vietnamitas. En ella se pudieron ver documentos históricos como un mapa de los años cuarenta donde se indicaba la ubicación de las imprentas clandestinas de Madrid, o, también, se pudo asistir a los talleres complementarios organizados para que el público conociera el funcionamiento de una vietnamita.

Lamentablemente, hoy no podemos acudir a la muestra, pero sí es posible acceder al archivo de documentos digitalizados Archivo de la Transición. En él se encuentran carteles, octavillas y otros materiales de partidos políticos como el Partido Comunista de España, grupos cristianos, sindicatos, asociaciones de amas de casa, la organización franquista Confederación Nacional de Excombatientes y un largo etcétera por el que resulta más que recomendable perderse.
Historia de la risografía: vietnamitas, octavillas y panfletos.
Octavilla del Movimiento Comunista.
Historia de la risografía: vietnamitas, octavillas y panfletos.
Octavilla de la Asociación de Amas de Casa de Carabanchel.

3/La risografía en la actualidad

Las nuevas posibilidades de comunicación que trajeron consigo las multicopistas llegaron, también, a los movimientos artísticos y/o contraculturales de mitad del siglo XX. Dieron voz a la literatura alternativa que a menudo autoeditaban sus propios autores en forma de revistas, fanzines y publicaciones de todo tipo, difundidas especialmente por el Nueva York y San Francisco de los años cincuenta y sesenta en lo que se llamó la Revolución Mimeográfica. Por ejemplo, en los sucesivos números de la revista Klactoveedsedsteen podemos encontrar las firmas de William S. Burroughs, Charles Bukowski o Allen Ginsberg. Para conocer los frutos de esta revolución te recomendamos, además de leer el himno que recientemente escribió el poeta y activista Ed Sanders, bucear entre los recursos históricos que enlazamos en el siguiente directorio.

3.1/Directorio de artistas, estudios y recursos

A continuación, te proponemos dar un paseo por esta breve recopilación de artistas, estudios y recursos de interés relacionados con la impresión artística en risografía, donde también encontrarás múltiples ejemplos de qué se ha hecho y qué se está haciendo a día de hoy con mimeógrafos, ciclostiles y otras multicopistas históricas desde una perspectiva artística y/o política.

Recursos

Artistas y estudios de risografía

Historia de la risografía: Studio Fidèle
Studio Fidèle
Historia de la risografía: De Kijm
De Kijm
Historia de la risografía: Gestetner de Erwin Blok
Erwin Blok

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