Corita Kent

Corita Kent es uno de los máximos exponentes del arte pop en suelo norteamericano. Sin embargo, el simple hecho de ser mujer, ligado a su condición de religiosa, la mantuvo alejada del primer plano de artistas pop del momento, ocupado por Andy Warhol y Roy Lichtenstein. Con el paso del tiempo, el nombre de Corita se ha ido haciendo más popular, y es que su labor artística resulta fundamental para entender la irrupción de la cultura de masas en la década de 1960.

Su obra gráfica, inspirada en la estética publicitaria, el collage y el diseño tipográfico, se caracterizó por el uso de la palabra como recurso visual y por la práctica de la serigrafía como medio democratizador del trabajo artístico. Así, a lo largo de los 60, Corita Kent difundió cientos de mensajes de corte pacifista y reivindicativo desde su taller de la Universidad del Inmaculado Corazón de María en Los Ángeles, donde impartía clase de arte.

Sin embargo, el abierto posicionamiento político de Corita no gustó a la Iglesia, que la presionó hasta hacer que abandonase los hábitos. Pero Corita no se fue sola. Tras su secularización, 400 religiosas de su congregación siguieron sus pasos. Por tanto, no sólo hay que destacar a Corita Kent como artista, sino también como un ejemplo de emancipación de la mujer a mediados de siglo XX que se atrevió a desafiar a la Iglesia y a los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana en pro de su independencia y de sus principios.