La lira popular nació como vehículo de expresión entre las clases humildes chilenas y los poetas populares. Se trataba de grandes pliegos impresos con poesías de temática variada, generalmente relacionadas con sucesos de la vida cotidiana, en los que, por encima de todo, destacaba la expresividad de las imágenes que acompañaban al texto.
Dentro del universo gráfico latinoamericano han sobresalido agrupaciones de gran transcendencia. Estas líneas pretenden sumergirnos en este tema mediante la recopilación de talleres y artistas que nos harán viajar a través del tiempo y del espacio por el continente americano.
A través de este artículo nos adentraremos en la obra de uno de los pioneros del arte de la serigrafía en España: el alicantino Eusebio Sempere, a quien debemos la introducción de la serigrafía en España en los años 60 del pasado siglo XX.
La palabra serigrafía está formada a partir de la combinación de la voz latina sericum –seda– y el vocablo griego graphé –escribir–, en referencia a las pantallas hechas con hilos de seda que, desde el siglo XVII, se emplearon para realizar este tipo de estampas. El término fue acuñado por Carl Zigrosser, comisario del Departamento de Dibujo y Estampa del Museo de Bellas Artes de Filadelfia, en la década de 1940.
La serigrafía es una técnica de estampación que permite la reproducción de una misma imagen o texto sobre un soporte tantas veces como se quiera. Este método consiste en transferir un diseño a través de una malla de tela muy tensada que deja pasar la tinta por aquellas zonas que no han sido bloqueadas por una emulsión fotosensible.
Hoy se cuela en nuestro logo una mujer. Y llega para quedarse. Esta monja serígrafa quiere rendir homenaje a todas sus compañeras de oficio que, desde hace siglos, vivieron entre pergaminos, pigmentos y pinceles. Todas ellas, con su trabajo, dejaron huella en el arte de su tiempo; una huella anónima que la historia se ha olvidado de incluir entre sus páginas.